Los afro-novohispanos en el siglo XVIII: su rol frente a las Reformas borbónicas y los antecedentes del movimiento independentista

3 de septiembre de 2020

Eduardo Aguirre
10 min readSep 24, 2020
Foto por Yash Kapadiya en Unsplash.

¿Quiénes fueron los responsables de construir a México como país? Durante un aumento exponencial de su población, la Nueva España tenía alrededor de 4,500,000 habitantes en 1750. El texto académico La época colonial hasta 1760, de Bernardo García Martínez, identificó que la mitad de los habitantes novohispanos estaban integrados a los pueblos de indios y se complementaba con población criolla o mestiza. El texto calculó que sólo 20,000 personas eran de origen peninsular y tan sólo 10,000 personas eran de origen africano en la Nueva España, tanto individuos esclavos como libertos. A pesar de sólo consistir en un grupo aproximado de 20,000 personas, los peninsulares eran los individuos que ostentaron el mayor papel en administrar el poder en la colonia. En cambio, las personas de origen africano no son frecuentemente incluidas en el discurso histórico que precedió el movimiento de independencia en México. ¿Hay una razón en específico? Ante la implementación de las Reformas borbónicas y los ideales ilustrados que fomentaron el liberalismo y el movimiento independentista novohispano del siglo XIX, ¿qué tan alta fue la influencia de los habitantes de origen africano para las circunstancias históricas de la Nueva España en el siglo XVIII? ¿Las Reformas borbónicas afectaron drásticamente su forma de vivir en la colonia? ¿Qué tan relevantes fueron las personas afrodescendientes en formar el concepto de la Nueva España como una nación independiente? Con consideración hacia el estilo de vida afrodescendiente en la Nueva España y su subordinación ante las Reformas borbónicas, los afrodescendientes fueron un grupo que interactuó con el resto de la Nueva España más allá de la marginalidad esclavista total. Asimismo, tuvieron un rol importante en la abolición de la esclavitud y el derecho a la libertad en el futuro desarrollo de México como un Estado de derecho.

Para empezar este escrito, es pertinente recordar cómo llegaron personas afrodescendientes a las colonias españolas de América. La esclavitud hacia individuos de origen africano surgió incluso desde antes que los españoles llegaran a lo que ahora es México. Según el texto La época colonial de 1760, Portugal estableció colonias en África –específicamente en Guinea y Angola– y esclavizó a su población local para fortalecer su industria del azúcar en islas cercanas a la península ibérica, como Cabo Verde y las Azores. España replicó el mismo ejemplo; compró esclavos de colonias portuguesas y los utilizó para fortalecer industrias en las Islas Canarias a través del siglo XV. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, España ocupó islas en Cuba, Jamaica, Santo Domingo y Puerto Rico para después introducir esclavos africanos en esas tierras ocupadas.

Los conquistadores españoles eventualmente avanzaron a México y a Perú y colonizaron sus territorios. En lo que ahora es México, un Reino de la Nueva España sucedió el imperio de la Triple Alianza y asentó su capital en la Ciudad de México. En una nueva economía colonial basada en la explotación de recursos y en la evangelización de personas nativas, los españoles forzaron a alrededor de 15,000 personas africanas para trabajar en la Nueva España del siglo XVI. La participación de los esclavos en un nuevo prototipo de hacienda rural novohispana ayudó a estimular industrias como la azucarera en Cuernavaca. Asimismo, La época colonial hasta 1760 describió la participación de los novohispanos de origen africano en el proceso de mestizaje colonial. El texto académico mencionó que los esclavos africanos “en su gran mayoría eran varones y su mezcla con las indias fue inmediata”[1] desde el siglo XVI. Además, el texto afirmó que el mestizaje cultural continuó cuando los esclavos africanos comenzaron a trabajar en servicio doméstico en las ciudades y cuando expresaban rasgos de sus culturas mediante artesanías y música. Así, los novohispanos africanos son recordados por la historia mexicana como un grupo oprimido que heredó aspectos de sus culturas a la cultura mexicana mediante el mestizaje, a pesar de ser una minoría en la población general de Nueva España.

Mediante la Secretaría de Cultura, el gobierno mexicano actual calculó que alrededor de 12 millones de africanos fueron extraídos de sus tierras hacia la Nueva España para cumplir con un propósito colonial de explotación y producción durante todo el virreinato. De acuerdo con el gobierno, los esclavos africanos compensaron parte de la mano de obra que hacía falta por las epidemias que redujeron la población del territorio novohispano en el siglo XVI. Por lo que describe la narrativa histórica mexicana, podría parecer que las personas afrodescendientes fueron un grupo oprimido, estático y con poca influencia en la colonia novohispana más allá de su subordinación hacia los peninsulares y los criollos y su rol en el mestizaje de la Nueva España. Sin embargo, la narrativa histórica mexicana también ha estigmatizado el rol de la población africana en la colonia y la ha puesto en un segundo plano ante los sucesos que construyeron el contexto socioeconómico virreinal durante los siglos por seguir.

En 2011, la socióloga María Luisa Velázquez Gutiérrez publicó un estudio — Africanos y afrodescendientes en México: premisas que obstaculizan entender su pasado y presente– donde identificó tres aspectos de las personas afrodescendientes en el territorio novohispano que dificultan la comprensión de su rol en la historia de México. En uno de los aspectos, Velázquez Gutiérrez hizo una distinción muy pertinente con respecto al concepto de mestizaje. La socióloga estableció que la imagen típica de un mestizo es una persona que tiene ancestros españoles e indígenas en la cultura mexicana.

[…] Ahora bien, es cierto que el “mestizaje” como ideología ha negado y obstaculizado el reconocimiento de la diversidad cultural que caracteriza a la sociedad mexicana. Esta ideología, iniciada probablemente desde el siglo XVIII, se ha desarrollado en distintos contextos. En el siglo XX, después de la Revolución Mexicana, el movimiento de reivindicación de lo mexicano, del indigenismo y del mestizaje tuvo una amplia repercusión. Esta ideología, que reitero, niega la diversidad y la diferencia, sigue vigente en nuestro país. Por ejemplo, en las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia, en el desfile alegórico de la historia de México, se representó como símbolo de lo “mexicano” a un hombre, con los típicos estereotipos de lo “mestizo” negando a los muchos grupos que conforman a la sociedad mexicana […].[2]

El mestizaje es un proceso que incluyó a diversos grupos más allá que españoles peninsulares blancos con grupos indígenas. Las personas afrodescendientes fueron uno de los más prominentes. El mestizaje fue un proceso de sincretismo que no fue excluyente de un grupo de personas, no estaba sujeto a una estigmatización de prejuicios establecida y fue más compleja que un sistema delimitado de castas.

Además, el comercio era cada vez más plural a través del siglo XVIII en la economía de Nueva España. El repartimiento de mercancías involucraba cada vez más clases sociales y, como lo aclaró Velázquez Gutiérrez, los afrodescendientes contaron con cierta movilidad social, aunque fuese limitada. A pesar de que los afrodescendientes fueron introducidos en Nueva España como esclavos, algunos pudieron emanciparse e incluso participar en el comercio novohispano como funcionarios, artesanos y, en general, diversos tipos de comerciantes. Sin embargo, las Reformas Borbónicas surgieron como un elemento para eliminar la pluralidad que permitía que los afrodescendientes fueran miembros económicamente activos en la Nueva España.

España empezó a enfrentar complicaciones en la segunda mitad del siglo XVII. El texto académico La época colonial hasta 1760, de Bernardo García Martínez, explicó el contexto por el cual el Reino de España desarrolló las Reformas borbónicas como estrategia para centralizar el poder estatal y económico sobre sus colonias. Según éste, la dinastía de los Habsburgo no tuvo herederos para continuar con su reinado en España. Por lo tanto, Felipe V subió como nuevo rey en 1715. Así, la Corona pasó a la casa de Borbón y a una directa relación con Francia, ya que Felipe V era nieto directo de Luis XIV. En consecuencia, los españoles entraron en un periodo de conflicto con Inglaterra como parte de la relación del Reino español con dinastías francesas. Debido al Tratado de Utrecht (1713),[3] España tuvo que comerciar a favor de los intereses ingleses, con la necesidad de otorgarles el usufructo de posesiones españolas en América. Asimismo, los ingleses adquirieron derechos exclusivos sobre esclavos africanos que les permitieron establecer un sistema de contrabando de esclavos sólido.

Aun así, el Reino español pudo incrementar su comercio transatlántico mediante algunas reformas en el siglo XVIII. La Corona fortaleció su sistema de flotas y empezó a controlar su tráfico marítimo desde el puerto de Cádiz. Aunque Inglaterra después inició una guerra comercial contra España en 1739 e incluso paralizó las flotas españolas en 1754, los españoles pudieron continuar con su comercio transatlántico mediante barcos llamados navíos de registro. A pesar del incremento en su tráfico comercial, el Reino español enfrentó dificultades para mantener estabilidad en su crecimiento económico. De 1756 a 1763, España experimentó vastas pérdidas en el proceso de apoyar a Francia contra Inglaterra durante la Guerra de los Siete Años. Asimismo, la Corona española casi perdió su acceso marítimo y comercial hacia sus colonias americanas cuando Inglaterra invadió La Habana en 1762. Así, la Corona tenía un deseo de recuperar sus pérdidas y establecer una economía más estable.

Los gobiernos de Europa transitaron de posturas patrimonialistas a un despotismo ilustrado. En Europa, la Ilustración causó que los Estados europeos priorizaran “la exaltación de un gobierno autoritario, centralizado, eficiente, racionalista y preocupado por el avance material, pero también interesado […] por ampliar su base fiscal a toda costa”.[4] En consecuencia, Francia y España fueron ejemplos de gobiernos correspondientes al despotismo ilustrado en la segunda mitad del siglo XVIII y en principios del siglo XIX. En su texto académico Las reformas borbónicas, el autor Luis Jáuregui definió las Reformas borbónicas como una medida para lograr un gobierno más centralizado y eficiente en las colonias americanas de España entre 1760 y 1808; como “una estrategia del gobierno imperial para lograr el desarrollo de los intereses materiales y el aumento de la riqueza de la monarquía mediante cambios importantes en aspectos fiscales, militares y comerciales, así como el fomento a diversas actividades productivas”.[5] Así, el objetivo principal de las Reformas borbónicas fue que la burocracia colonial fuera más eficiente para generarle más ingresos a la Corona española a partir de la iniciativa del reinado de Carlos III.

En Nueva España, la eficiencia déspota y racionalista de las Reformas borbónicas perjudicó la limitada libertad que podía gozar un afrodescendiente en la colonia. Para aumentar la producción de ciertas industrias, el tráfico de esclavos aumentó y los afrodescendientes que vivieron durante la segunda mitad del siglo XVIII volvieron a ser percibidos como seres destinados al esclavismo por la sociedad novohispana canonista. Como lo analizó María Luisa Velázquez Gutiérrez en su estudio, la Corona española fomentó el tráfico y la explotación de los afrodescendientes novohispanos en mayor medida para hacer su economía más eficiente. Así, en el proceso, reformó un complejo racial y cultural de inferioridad hacia los afrodescendientes que fue heredado incluso cuando el virreinato de la Nueva España dejó de existir. Las Reformas borbónicas tuvieron una consecuencia indirecta; fortalecieron el racismo y, más tarde, causaron que la abolición de la esclavitud fuera implementada en uno de los primeros gobiernos federalistas en el país: el de Vicente Guerrero, un mestizo. Así, las Reformas borbónicas probaron ser un mecanismo para incitar los movimientos de Independencia; no sólo porque hayan limitado la facultad de los criollos para ejercer poder sobre su territorio nacional –en una nueva concepción política e ideológica–, sino porque fomentaron mecanismos de opresión que ya estaban vigentes en la Nueva España hacia diversos grupos, más allá de la relación dicotómica entre españoles e indígenas.

Este ensayo –Los afro-novohispanos en el siglo XVIII: su rol frente a las Reformas borbónicas y los antecedentes del movimiento independentista– pretendió exponer las causas por las cuales las Reformas borbónicas limitaron la economía de la Nueva España para centralizar el poder y los ingresos de la colonia hacia la Corona española y poder mantener el Reino español ante la deuda causada por las guerras devastadoras del siglo XVIII en Europa. Entre los múltiples efectos que tuvieron sobre la Nueva España, las Reformas borbónicas generaron un mecanismo de opresión y concepción social de racismo que delimitaron la integridad de las personas afrodescendientes en la colonia y las explotaron para cumplir una meta económica. Como consecuencia, las personas afrodescendientes fueron estigmatizadas y, más tarde, invisibilizadas en el discurso histórico que hace recuento sobre la historia de la nación que ahora es México. Al hacer recuento sobre las Reformas borbónicas y su impacto, es necesario considerar todas las realidades dentro de la colonia más allá de las mayoritarias. Sólo así, el discurso histórico de un país puede cumplir su objetivo de exponer el pasado con verdad y empatía.

Bibliografía y demás referencias

García Martínez, Bernardo. “La época colonial hasta 1760”. En Historia socio-política de México: Del México precolombino al imperio de los Austrias, editado por el Departamento Académico de Estudios Generales. México: Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2010. 125–171.

History Channel Español. “Firma del Tratado de Utrecht”. En History Channel Español, accedido el 3 de septiembre de 2020. https://canalhistoria.es/hoy-en-la-historia/firma-del-tratado-de-utrecht/.

Jáuregui, Luis. “Las reformas borbónicas”. En Nueva historia mínima de México, ed. El Colegio de México. México: El Colegio de México, accedido el 3 de septiembre de 2020. Documento PDF. 113–136.

Propietario no divulgado. Clases en Zoom de México en la Historia Global. Del 18 de agosto al 3 de septiembre de 2020.

Secretaría de Cultura. “Esclavitud de africanos y afrodescendientes en la Nueva España”. En Gobierno de México (blog), 21 de octubre de 2019. https://www.gob.mx/cultura/es/articulos/esclavitud-de-africanos-y-afrodescendientes-en-la-nueva-espana?idiom=es#:~:text=Racismo%20en%20la%20Nueva%20Espa%C3%B1a.&text=Se%20estima%20que%20entre%20el,tareas%20forzadas%20de%20diferentes%20%C3%ADndoles.

Velázquez Gutiérrez, María Luisa. “Africanos y afrodescendientes en México: premisas que obstaculizan entender su pasado y presente”. Cuicuilco, mayo-agosto 2011. Documento PDF. http://www.scielo.org.mx/pdf/cuicui/v18n51/v18n51a2.pdf.

[1] Bernardo García Martínez, “La época colonial hasta 1760”, en Historia socio-política de México: Del México precolombino al imperio de los Austrias, editado por el Departamento Académico de Estudios Generales (México: Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2010), 139.

[2] María Luisa Velázquez Gutiérrez, “Africanos y afrodescendientes en México: premisas que obstaculizan entender su pasado y presente”, Cuicuilco, mayo-agosto 2011, 9, Documento PDF, http://www.scielo.org.mx/pdf/cuicui/v18n51/v18n51a2.pdf.

[3] Tratado que puso fin a la Guerra de Sucesión Española en 1713.

[4] Bernardo García Martínez, “La época colonial hasta 1760”, en Historia socio-política de México: Del México precolombino al imperio de Austrias, editado por el Departamento Académico de Estudios Generales (México: Instituto Tecnológico Autónomo de México, 2010), 171.

[5] Luis Jáuregui. “Las reformas borbónicas”. En Nueva historia mínima de México, ed. El Colegio de México. México: El Colegio de México, accedido el 3 de septiembre de 2020. Documento PDF. 114.

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